Secretos para enfocarse en el impacto ambiental positivo

Si has llegado hasta aquí es porque buscas conseguir el llamado impacto ambiental positivo. Es normal. La conciencia medioambiental ha crecido muchísimo en los últimos años. Está en auge y cada vez son más los que se animan a aportar su granito de arena.
Así que estate muy atento porque, a continuación, vamos a desarrollar las claves imprescindibles para lograrlo. No te olvides de echar un vistazo a cada una de las aportaciones que hacemos en el blog, ya que están especialmente preparadas para informarte—y mantenerte al día—, de las mejores formas que existen para ser eficientes, y ahorrar en las facturas sin resultar perjudicial para el planeta.
¿Estás list@? ¡Empezamos!
¿En qué consiste el impacto ambiental positivo?
Consideramos impacto ambiental positivo a aquellos efectos beneficiosos que se consiguen a través de prácticas relacionadas con el cuidado del medio ambiente.
Hay que tener en cuenta que existen ecosistemas que han sido dañados a lo largo de los años por el ser humano. Ya conocemos las consecuencias de nuestros actos, y de la alta contaminación que emitimos, aunque sea inconscientemente, a nuestro entorno. Por lo que hay que entender que las tareas de restauración juegan un papel imprescindible y relevante.
Dentro de este ámbito queremos destacar dos puntos a los que no se les suele ceder toda la atención que se debería:
- Conservación de especies en peligro de extinción: con la reducción de la caza y de la pesca ilegal; así como proponiendo nuevas medidas para proteger el hábitat natural de los animales, ya se consigue un gran avance. A partir de ahí, el control de las especies invasoras, el aumento de la investigación—sobre todo a nivel de inversiones económicas—, y, lo más importante, promover la educación y concienciación de los más pequeños para que estén sensibilizados con estos temas, son imprescindibles para avanzar como sociedad.
- Mejora de la calidad del aire y del agua: la contaminación ha dañado nuestro planeta en los últimos años hasta unos niveles de los que no somos conscientes. Eliminar residuos que llegan hasta nuestros mares y océanos, y reducir el Co2, tienen que encontrarse entre nuestras prioridades si queremos lograr un impacto ambiental positivo.
Recomendaciones básicas para entender el problema
La promoción de prácticas sostenibles son la principal tarea que tenemos pendiente en 2023, ya que hay pleno conocimiento de que están al alcance de nuestra mano, y solo con un poco de información, podemos conseguir cambiar la mayoría de hábitos que son susceptibles de mejora. Es por ello que vamos a recopilar cuáles son las prácticas que mayor incidencia tienen sobre el bienestar común:
- Control del uso energético: en muchas ocasiones, ni siquiera somos conscientes de cuánto gastamos. Por lo que informarnos, y ponernos metas que faciliten la reducción del gasto siempre resulta positivo. En aspectos como la iluminación o la climatización hay que hacer especial hincapié, porque contamos con recursos novedosos para establecer medidas 100% eficaces.
- Movilidad eléctrica: Los coches de combustión tienen los días contados, por lo que apostar por un vehículo híbrido o eléctrico es una opción inteligente. Otra de las alternativas más populares es el uso de bicicleta que, además, evita el sedentarismo y mejora nuestro estado físico; como el transporte público, que está ampliando en la mayoría de ciudades de nuestro país la red por la que transitan.
Otras opciones para lograr el impacto ambiental positivo
Aunque hemos priorizado algunas medidas sobre otras, no queremos terminar el artículo sin advertir de otras medidas que resultan interesantes para este fin:
- Reutilización, reciclaje y compras de segunda mano: creando nuevos productos contaminamos y gastamos gran cantidad de agua y energía. Por eso recomendamos aplicar criterios de reutilización en el día a día, al igual que extender la compra-venta de objetos que no nos pueden servir a nosotros, pero sí a terceros. Siempre que se encuentren en condiciones óptimas.
- Compras al por mayor: seguro que no te lo habías planteado, pero al adquirir productos en grandes cantidades ahorramos muchísimo plástico—u otros materiales derivados—que se destinan a envasar individualmente ese alimento o utensilio.
- Disminuir el consumo de carne o apoyarse en dietas vegetarianas: producir carne que está destinada a la alimentación contribuye notablemente a la emisión de gases de efecto invernadero, como ya sabemos. Pero, con una reducción de la ingesta habitual cambiamos el ritmo de producción al que nos hemos acostumbrado, en parte, por el aumento de la población mundial que estamos experimentando en la actualidad.
Hemos llegado hasta el final de la entrada. Confiamos en que te haya servido de utilidad para aprender sobre los gestos que suman a favor del medio ambiente, y cuáles no.
Recuerda que puedes hacernos llegar cualquier tipo de duda. Y siéntete libre de proponernos temáticas que sean de tu interés para que nuestro grupo de expertos lo traten cuanto antes.
¡Te esperamos en Eco-Efficient!